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DESTRUCCIONES. TALLER DE (DES)COMPOSICIÓN, LA DESAFIANTE PROPUESTA DE IOSI HAVILIO

El sábado 8 de abril, el destacado escritor abrió la temporada del Ciclo Workshops de Letras, en Casa Museo Alfaro.

Iosi Havilio se puso al frente de la primera cita del ciclo Workshops de Letras 2023, de la Secretaría de Cultura y Ciudad de San Isidro, y lo hizo con una invitación desafiante: descomponer para crear, y sintetizar para, desde allí, expandir y alimentar nuevos universos. De eso, y más, trató Destrucciones. Taller de (des)composición, que el sábado último puso a las doce personas participantes a pensar, preguntar, escuchar y escribir en Casa Museo Alfaro, Ituzaingó 557, pleno casco histórico de San Isidro.

Ideas, emociones y palabras puestas a rodar a partir de un ejercicio inspirado, en parte, en el poema N° 11 del Tao Te Ching, sobre la utilidad de la nada: “…Treinta radios convergen en el centro de una rueda, pero es su vacío lo que hace útil al carro…”.

“El taller partió de la idea de destruir, en el sentido de desmontar, desjuntar y descomponer ideas, imágenes, dramas y obsesiones que se venían rumiando consciente o inconscientemente en torno de novelas, cuentos o ganas de escribir alguna cosa”.

IOSI HAVILIO, escritor a cargo del workshop.

Hoja en blanco, rastrear y poner palabras a ese núcleo o centro de rueda y, desde ahí, a partir de preguntar y preguntar, indagar en el universo que abre la serie de rayos “para ver –explica Havilio- qué otras nuevas ideas, imágenes, conceptos, desvaríos, estupideces y problemas pueden derivarse”.

Luego, sí, en base a ese núcleo y rayos, 15 minutos para escribir 20 líneas manuscritas tomando el lema de Stendhal: Veinte líneas por día, geniales o no, concepto que retomó el escritor Harry Mathews –cuenta el autor de las novelas Opendoor, Estocolmo, Paraísos, La serenidad y Pequeña flor-, vinculado básicamente con el hábito de la escritura.

Un ejercicio/juego que en el tiempo va proponiendo constelaciones, nubes, cielos, campos, experimentación de personajes, emociones, lugares, tiempos, sonidos… “Claramente, se convierte en una suerte de programa de trabajo, en un plan de acción a la hora de alimentar esos textos hasta que vayan tomando forma o se abandonen, que muchas veces es lo más sensato que nos puede pasar. Cada vez me animo más, y animo a otros, a la idea de descomposición. Es un fenómeno natural, la naturaleza, nuestro organismo, el universo se descompone y compone nuevas situaciones, nuevas germinaciones”.

Ombligo, pezón, desmaternización integran el núcleo de una participante. Despedirme, deseo, desnudarme, deshacerme y más palabras iniciadas con des son los rayos que originan sus 20 líneas.

“Leo en voz alta, subrayo, le doy entidad incluso a lo que no me gusta, a las mierdas. No las castigo, saco el brote y me pongo a trabajar. Los ruidos y los obstáculos son parte del proceso. Si tengo el hábito de caminar, camino hasta bajo la lluvia, con la escritura es igual”.

IOSI HAVILIO.

Indagar, preguntar, expandir, ramificar. “Me callo, leo las 20 líneas, me escucho y pongo a conversar a la perra con la inmensidad. Asumo mi estupidez y le pregunto a la perra y a la inmensidad. Hay algo orgánico que alimentar. Luego escribo, es otro día ganado”, afirma el escritor, guionista y docente en la carrera de Artes de la Escritura de la UNA y en la Maestría de Escritura Creativa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF).

Otra palabra núcleo: brújula. Iosi indaga al participante. La brújula está sobre la mesa de una casa de San Isidro, durante el almuerzo de una pareja con dos hijos, tiempo pasado. Otra: una casa que se inunda y la madre ausente. Más rayos para tirar, tirar y tirar. “Nuevas pistas, nuevos rasgos, singularidades poéticas, escritura que trae otras escrituras, nuevos núcleos, más ideas para nutrir”, dice Havilio, que define al grupo que lo escucha como entusiasta, variopinto y laburante.

“Me sirvió para relajar un poco la cabeza y soltar la mano”, comenta la artista plástica Cecilia Santiago, de Boulogne, en su debut en un taller literario. “Me gusta mucho su propuesta, un proceso de escritura muy flexible. Dejar en suspenso, escribir, cambiar, en definitiva, de eso trata el arte, de no estar aferrado a algo”, dice Nora García. “Escribo, participé en concursos y estoy haciendo el guion de un comic, pero venía trabada. Ahora tengo una técnica para pensar mejor las cosas”, asegura María Cecilia Altamirano, docente de Física en la UNTREF.

Un taller que termina con Iosi posando para unas fotos y firmando algunos de sus libros, y que en su poco más de tres horas se alimentó también del poema La idea, de Mark Strand, y por la pregunta que la escritora, poeta, traductora y profesora uruguaya Circe Maia formula en su libro Destrucciones: “¿Es que no ocurren a nuestro alrededor, silenciosamente, asombrosas destrucciones?”.

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