vecino de San Isidro radicado en Londres y de dilatada carrera internacional, EL ARTISTA traduce el desafío de los jóvenes para sortear obstáculos al momento de cumplir sus sueños.
La Casa de la Juventud de San Isidro no es la misma. Irradia colores vivos, mensajes por descifrar, geometrías. Y lo hace desde su fachada (Don Bosco 47, San Isidro), que luce el nuevo mural que la Secretaría de Cultura y Ciudad del municipio le encomendó al renombrado artista visual Patricio Forrester, un vecino de San Isidro que hace muchos años se instaló en Londres, desde donde desarrolló una carrera intensa y global en el arte urbano.
“Nos interesa que en nuestras localidades el arte esté presente en el espacio público. Es una forma de reforzar las identidades propias de nuestras localidades o instituciones, de poner el arte al alcance de todos, formar nuevos públicos para el arte y, al mismo tiempo, un modo de darle más visibilidad a nuestros artistas”.
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.
Para Esteban Cavanna, director de Juventud local, la importancia de recibir a los jóvenes con arte “es primordial porque se establece una continuidad en el diálogo, que tiene que ver con la formación de ideas y la manera de vincularse”. Arte sintetizado en haces de luces azules, celestes, amarillas, marrones, violetas y más colores que confluyen como rayos en la puerta de entrada al edificio, producen un efecto visual e invitan a acercar la mirada.
“Quise trabajar el tema de los anhelos de los jóvenes en relación a los obstáculos que deben enfrentar para llegar a cumplirlos, la tensión que hay entre ambas instancias. La reja es parte del muro, pero se incorpora al mural por haces de luces y espectros de colores, dando la sensación óptica, a partir de un efecto visual, de que podemos superarla.”
PATRICIO FORRESTER, artista visual.
Un diseño que escapa a lo figurativo o descriptivo sobre lo que ocurre dentro de la Casa, ofrece una mirada contemporánea y que, sin duda, cumple con su objetivo: atraer la mirada del transeúnte.
“Intenté buscar algo que transmita energía, que sea atractivo y genere inquietud, que la gente se pregunte: ¿Qué es eso ahí? Es la forma más dinámica de presentarse ante el espacio público. La metáfora y el sentido lo encontramos en el proceso, si hubiéramos hecho un pincel, en relación a una actividad de la Casa, la obra hubiera perdido inmediatamente su interés”, dice el graduado de la Escuela Prilidiano Pueyrredón, nacido en 1967, alumno precoz de Kenneth Kemble, radicado un tiempo en Nueva York y residente en Londres, donde fundó la organización Artmongers, dedicada hace más de 20 años al muralismo participativo.
La idea conceptual del mural la desarrolló Forrester en Londres y en seis días quedó plasmada con pintura al aceite por este mismo artista, que tuvo colaboración de los colegas locales Leti Prone y Valentino Turbo Crispo, a quienes Forrester les transmitió técnicas y conceptos del muralismo. ¿El resultado?, una explosión de color de 10 de largo por 4,5 de alto.
“La imagen debe estar asociada con las circunstancias, contextos y particularidades arquitectónicas del muro, y también, bajo mi concepto y el de Artmongers, debe hacer una contribución positiva al espacio público y a la gente que lo transita”.
PATRICIO FORRESTER.
Forrester, que es muy consciente de la responsabilidad social del artista urbano en cuánto al mensaje de los trabajos que lleva a la calle, desarrolló obra en campos de refugiados de Jordania, incluyó en sus prácticas a personas sin hogar y adolescentes en riesgo social, y acaba de inaugurar un mural en Alboraya, Valencia.
Feliz de volver a trabajar en su barrio (lo había hecho en 2012, cuando diseñó y pintó el mural de la fachada de El Nido, Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana de San Isidro), Forrester celebra el programa del municipio que lleva arte al espacio público.
“Es una forma de cultura igualitaria y abierta que permite a los artistas no quedar atrapados en hacer obras dirigidas solo al coleccionismo o para los que puedan comprarlas, y sí les da la posibilidad de pensar y concretar obras para todos, para la gente que circula por la calle. Eso es fantástico.”
PATRICIO FORRESTER.
