del 15 al 30 de julio, en todas las localidades y con acceso gratuito.
No hubo lugar para el aburrimiento. Todo lo contrario. Sobraron risas, experiencias compartidas y ganas de pasarla bien durante Vacaciones de invierno en San Isidro, la agenda gratuita con la que la Secretaría de Cultura y Ciudad de San Isidro desembarcó del 15 al 30 de julio en todas las localidades del municipio. Más de un centenar de funciones, una quincena de espectáculos, mucho teatro y cine, batería de talleres, parque inflable, granja educativa, recreaciones del Cruce de Los Andes y mucho más. ¿Público?, unas 70.000 personas de todas las edades.
“Una agenda que cumplió con creces sus objetivos: llegar a todo el territorio con contenidos de calidad y experiencias compartidas en familia, con amigos y ocasionales compañeros. Un calendario que la gente acompañó y disfrutó con ganas, y que nos permitió seguir formando comunidad.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.
Una agenda para todas las edades e intereses, como ocurrió en el Teatro del Viejo Concejo (9 de Julio 512, San Isidro), donde además de cine hubo funciones de teatro para la primera infancia, desde los seis meses hasta los cinco años. Exitosas funciones, a sala llena y con un montón de carritos de bebés estacionados en el hall.


“Estuvo súper, se engancharon muchísimo, una obra interactiva. Es genial que haya propuestas para todas las edades. La primera semana estuvimos afuera, pero la segunda la vamos a aprovechar a pleno con la agenda”, contó Valeria Fernández a la salida de Vayvén (danza contemporánea), que programó salida completa con su hija Isabela (1), su mamá y su suegra.
En Martínez, El Show de Tito y Coloso-Teatro, títeres y música cautivó a la platea. Los más chicos, en buena parte, sentados en el piso, ahí nomás del escenario; los adultos, en las butacas. Mucha música, historias de viajes, títeres y un divertido personaje, Huesitos.

“La experiencia es maravillosa, mucho público, gratuito y bien organizado. Lo que sucede en San Isidro está buenísimo.”
HORACIO LENTINI, quien junto a Santiago Marjovsky conforma el dúo Tito y Coloso.


“Seguimos toda la agenda, cruzamos Los Andes en el Museo Pueyrredón, construimos instrumentos musicales en la Quinta Los Ombúes, fuimos en la primera semana al show de Les Ivans. Lindísimas propuestas, y hoy no divertimos un montón”, dijo la vecina de Martínez Natalia Cavallo, junto a su hijo Francisco (6).




El Museo del Juguete también se sumó con una enorme batería de talleres y actividades, Central de Procesos invitó a adentrarse en el mundo del artista Daniel Joglar (sigue hasta noviembre) y las Casas de Cultura no se quedaron atrás y organizaron dos talleres con foco en nuestra fauna, como Grabado y libritos con estampas e historias de aves de río, que llenó salón en la flamante casa de Villa Adelina, en el Parque Público de esta ciudad.

“Muchísima convocatoria y todos copados”, comentó la docente Jimena Tablado Cores, mientras unas cincuenta personas, entre niños y grandes, no dejaban de trabajar en las mesas y con la prensa. ¿La meta?, estampar las matrices hechas por Jimena: hornero, biguá, gallineta, pájaro carpintero y otros, armar un librito plegable y contar una historia.


“Es la historia de un pájaro que se pierde, pero después voy a escribir que Alí, su dueño, lo encuentra”, adelantó Francesca, de seis años. “Vine al taller de la primera semana, de costura, y me encantó. Ahora volví, pero con mis dos nietos, que están muy enganchados”, contó Inés Bergese, abuela de la niña y vecina de la casa.
También la Plaza 9 de Julio, en Martínez, se sumó a la movida en una tarde de sábado y de folclore argentino animado por Azul Naranja. “Nos gusta mucho el folclore, bailamos una chacarera y aprendimos a bailar un gato. Hermoso compartir esto en familia”, dijo Natalia Masci, tras salir con su hija y sus dos sobrinas de la pista circular del anfiteatro de Monseñor Larumbe y Necochea.
Encuentro donde cada canción se acompañó con juegos. El escondido del arbolito permitió jugar a ser árboles con cintas verdes, y en De colores no se jugó a pescar, sino a devolver los peces que habían abandonado el río.


“Hubo mucha espontaneidad, la mayoría de las familias no estaban acostumbradas a bailar folclore y a muchos chicos los fuimos a buscar literalmente a los juegos y luego no pararon de bailar. Fue muy, muy lindo”.
PAULA GUINARD (guitarra) y ANAHÍ MORBELLI (bombo), integrantes de Azul Naranja.