Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

“ME INTERESA LA ECONOMÍA CIRCULAR”

“Me interesa la economía circular, entender la riqueza de los materiales y reutilizarlos en el diseño de piezas nuevas, únicas y atractivas”.

Agustina Tiscornia está convencida del valor de la economía circular, de lo sustentable y del reciclado, y lo lleva a la práctica en sus piezas de joyería contemporánea que el domingo pasado exhibió en la Fiesta Y, que todos los años celebra los talentos de su barrio, La Horqueta, en San Isidro. Una fiesta de, por y para los vecinos, entre músicos, cocineros, artistas, deportistas y emprendedores como esta politóloga, socióloga y profesora universitaria que en la bijouterie encontró un hobby que toma con la seriedad de un trabajo y le permite echar mano a materiales que, para otros, ya no tienen un uso posible.

“Me interesa la economía circular, entender la riqueza de los materiales y reutilizarlos, más allá de la finalidad para la que fueron creados, en el diseño de piezas nuevas, únicas y atractivas”, explica Agustina detrás de la mesa de su stand, una de las tantas que ese día coparon Blanco Encalada para mostrar el hacer de los emprendedores locales y también de los talleres y postas de la Secretaría de Cultura y Ciudad de San Isidro, organizadora del evento junto con la junta vecinal local.

Detectar de qué están hechos muchos de sus aros, anillos, collares, pulseras, dijes y colgantes, bajo el nombre de Benzer, es una tarea compleja. Claro, se distingue el bronce, la alpaca, la plata, las piedras, el cuero ecológico, pero muchos otros materiales mantienen sus secretos.

Va pulsera de regalo a quien adivine de qué están hechas desafía la propia autora en su Instagram (@benzer.unicos) y al lado de la foto de una pulsera plateada. Respuestas, variadas, de plástico, cable y goma, a cable de cobre bañado. Imposible acertar si ella misma no lo hubiera aclarado un poco más abajo: fibra de vidrio.

-¿Cómo llegas a todo ese material de descarte?

-La gente que sabe a qué me dedico muchas veces me acerca cosas a mi casa, otras veces carancheo, en ese sentido soy un poco recuperadora urbana –dice sonriente.

“Lo verdaderamente importante es que no debemos seguir consumiendo recursos y tenemos que agudizar la imaginación para poder darle valor a todo ese material que, en principio, sería de descarte.”

AGUSTINA TISCORNIA, emprendedora de San Isidro.

Una producción basada en lo sustentable, entre caños de aire acondicionado, partes de bandejas y cables de auriculares que adoptan nuevas e impensadas formas en sus diseños únicos, y también en su firme convicción de la importancia de la responsabilidad social. De hecho, Agustina hizo un Posgrado en Responsabilidad Social y Sustentabilidad Empresaria, colaboró en la adecuación de objetivos institucionales a postulados de desarrollo sustentable en ámbitos estatales, privados y académicos, y diseñó e implementó políticas de RSE en diversas instituciones.

“Yo trabajo mucho esa temática y hay que empezar por casa. Por eso, comencé a usar las bolsas de supermercado que me llegan a casa con cada pedido y desde hace un tiempo las estoy utilizando para hacer collares. Es un procedimiento que hago con la plancha y que está funcionando muy bien –dice entusiasmada-, aunque todavía está en etapa experimental”.

Pese al poco tiempo que lleva en esta actividad, Agustina ya tuvo varias satisfacciones. Este año fue seleccionada en el concurso Women by women, de Santander y Mujeres Argentinas Emprendedoras (MAE), en 2021 participó en la III edición de la Bienal Latinoamericana De Joyería Contemporánea con la obra Agua en las venas, un collar hecho con hilo, canutillos azules, mostacillas, plástico reciclado y alpaca, y en 2019 desplegó sus creaciones en Diseñarte, en el Bajo de San Isidro, además de ferias de diseño porteñas.

“Me encanta darle otro sentido a las cosas, un sentido artístico, transformar algo que estaba arrumbado en un cajón en algo bello y que además le sirva a la gente para expresarse, porque la joyería, como la ropa que nos ponemos, es una forma de manifestarnos y plantarnos en el mundo”.

Y sigue, sin perder el entusiasmo: “Es fabuloso reutilizar esas pequeñas medallitas que quedaron en el olvido, rediseñarlas y darles así un nuevo valor simbólico. En verdad, no tengo otras expectativas. Cada una de mis piezas son artesanales, las hago de a una por vez y lleva su tiempo, pero me divierto y, de paso, pongo mi granito de arena para hacer un mundo un poquito más sustentable”.

La charla avanza y se detiene al compás del flujo de vecinos que se arrima a su stand para saludarla o consultarla sobre alguna pieza. Una consulta que genera más y más preguntas cuando la gente se entera, por ejemplo, que tal o cual collar está hecho con… cables de auriculares.

Todo en el marco de una fiesta que para ella tiene algo especial, porque justamente sus ganas de dedicarse a la joyería se despertaron en la primera edición, en 2018, cuando en un stand se cruzó con un collar que le encantó.

“Volví a casa con la idea fija de hacer algo parecido. Lo hice y lo llevé a mi trabajo, en la Secretaría de Simplificación Productiva del Ministerio de Producción de la Nación. Enseguida, una amiga me dijo que quería uno igual, y después otra amiga me dijo lo mismo, y después otra y así empezó una cadena que nunca más se cortó”.

-¿Qué significa entonces para vos la Fiesta Y?

-Fue un gran empujón para dedicarme y capacitarme en joyería. Hoy trabajo con muchos más materiales, aprendí a soldar, cincelar y a usar más herramientas. La Fiesta Y tuvo mucho que ver con este presente y, además, es un encuentro que me encanta, me cruzo con todos mis vecinos, que son mis amigos. Vivo en La Horqueta hace 25 años, acá a la vuelta, este barrio es mi casa, la gente que quiero.

Best Choice for Creatives
This Pop-up Is Included in the Theme
Purchase Ozeum