El proyecto Hablemos de duraznos Fue uno de los distinguidos en la categoría Primer Gran Paso y se focaliza en los alcances de la chacra como unidad productiva.
El Museo Pueyrredón lo hizo una vez más. Como ocurrió en 2020 y 2021, fue seleccionado ganador del concurso Ensayar Museos, de la Fundación Williams, que funciona como acelerador de ideas y les permite a los museos, a partir de una beca, desarrollar proyectos puntuales en formatos novedosos, relevantes, que generen impacto y nuevos aprendizajes para el sector y su público. La distinción recayó en Hablemos de duraznos (Categoría Primer Gran Paso), que apunta a profundizar los conocimientos sobre la chacra, donde hoy funciona el museo de Rivera Indarte 48, San Isidro, como unidad productiva y de trabajo.
“Esta distinción, de la que estamos muy orgullosos, nos permitirá seguir ahondando y pensando en cómo era vivir y trabajar en el siglo XIX y en este sitio, quiénes habitaban la chacra, qué producía, su tecnología, su importancia económica dentro y fuera de ella. Como pasó con los otros dos proyectos seleccionados años atrás por la Fundación Williams, será un proceso dinámico, genuino y abierto a nuestros visitantes, sin distinción de edades y bien a tono con nuestro modo de gestionar. Una instancia que nos ayudará a entender aún más aquellos tiempos y también nos interpelará sobre las problemáticas actuales.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro y responsable del museo.
El proyecto tiene sus fundamentos. En el siglo XIX, la chacra tenía 48.000 durazneros y sectores productivos muy extensos para cubrir las necesidades propias y también las de la incipiente ciudad de Buenos Aires. Trigales, vides, leña y… duraznos. Así está documentado en la Testamentaria de Francisco de Tellechea, padre de María Calixta Tellechea (esposa de Juan M. de Pueyrredón), realizada en 1812, donde se nombran los durazneros existentes y se cuantifica el trigo y la cebada. También existe el plano de Bacle (c. 1834), donde aparecen el parral y la huerta de la chacra.
Si bien no queda un duraznero en pie, la idea es hacer visible lo invisible.
“Hay rastros mínimos que potenciaremos con evocaciones y gestos como la plantación de durazneros para que éstos, de alguna manera, reaparezcan. La idea es producir contenidos, hacer talleres, sembrar cultivos y elaborar con ellos diversos productos. Iremos sumando capas de sentido en colaboración estrecha con los visitantes que aportarán sus interpretaciones, su información de lo cotidiano, sus experiencias y recuerdos. Es un proyecto en proceso.”
CECILIA LEBRERO, responsable de la colección del Museo Pueyrredón.
Un proyecto que se liga con las otras dos iniciativas premiadas por la Fundación Williams: Manos en la tierra (2021), que permitió conocer a través de la propia experiencia del visitante los métodos arqueológicos (investigación, excavación y laboratorio) que arqueólogos de la UBA realizan en el museo en busca de evidencias que hablen sobre todo del mundo del trabajo, y Había una vez un mundo sin canillas (2020), que invitó a indagar sobre cómo los habitantes de la quinta se relacionaban con el agua en el siglo XIX, y a identificar a este recurso natural como un elemento más de su rica colección.
“Lo interesante es que lo resultante de estos premios se convierte en proyectos que permanecen en el museo a partir de salas y diversas iniciativas. El gran desafío ahora es cómo hilvanar estos tres recorridos temáticos y seguir sumando capas al guión original, que estaba más atado a la casa y las colecciones, y se fue abriendo a otros sentidos y experiencias”.
PÍA LANDRO, directora de Artes Visuales de San Isidro.
Un museo vivo, alejado de discursos cerrados, resueltos y unidireccionales, que desde hace varios años viene indagando el concepto de la chacra como unidad productiva. Puertas adentro y también con la comunidad.
“Hicimos siembras de cultivos extensivos en pequeños espacios, trigo, girasol y algo de maíz. También invitamos a chicos y adultos a realizar la trilla del trigo, aventar, morterear la semilla, producir la harina y luego hornear pan en el horno de la Casa de los Chacareros.”
CECILIA BOLLA, responsable de Hablemos de duraznos, que también tendrá la participación de los especialistas Jorge Bayá Casal (jardines históricos) y María Marghetti (Pro Huerta, INTA).
Todo en torno a esta quinta con vista al río, que tuvo tahona para moler cereales y donde vivió Juan Martín de Pueyrredón, personaje central de nuestra Independencia y hortelano. Así lo testimonia, entre otros datos, la huerta que mantenía junto a su casa y una carta que le envió a María Calixta en los días agitados del Congreso de Tucumán diciéndole cómo injertar y entutorar árboles.
“Pensamos nuestros museos, incluso los históricos, como verdaderas cajas de resonancia, como museos vivos y con procesos de trabajo y estudio visibles y abiertos a la comunidad. Ámbitos muy dinámicos, de experimentación y en constante devenir.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.
