EL JURADO ELIGIÓ ENTRE 251 PROYECTOS DE artistas y colectivos de artistas de TODO EL país.
Tras un profundo análisis de los 251 proyectos presentados, el jurado del Premio Artes Visuales Municipio de San Isidro “Kenneth Kemble”, diseñado para incentivar, apoyar y acompañar la producción poética, artística, reflexiva y crítica de obras de arte contemporáneo en vías de desarrollo, eligió ayer a los ganadores de su sexta edición. Se trata de Fernando Sucari por Este lado hacia adentro (Gran Premio), Julieta Martínez Pollitzer (Premio Beca Residente) por Mi interior, y Trinidad Landajo (Premio Beca Joven) por Antes de que desaparezca.
“El Kemble es un premio al riesgo, al experimento, y uno de los pocos concursos federales de nuestro país que distingue las ideas latentes de artistas contemporáneos que por falta de dinero, tiempo o espacios no pudieron llevar adelante. Como hicimos siempre, vamos a acompañar a los ganadores con apoyo financiero y una tutoría profesional que los ayudará a resolver el cómo materializar esas ideas. Se abre ahora, para ellos y para nosotros, una oportunidad y una experiencia creadora compartida.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro, sobre este certamen que no es un Premio Adquisición, ya que los ganadores conservan las obras resultantes.
Un premio dirigido a un amplio abanico de abordajes, procedimientos y disciplinas, que responde a una política general de gestión cultural de incentivo, apoyo y acompañamiento al desarrollo de la producción artística, y que en esta edición entregará un monto total de $2.400.000 en efectivo, que se darán por etapas según el avance de los proyectos, y se repartirán así: Gran Premio ($1.200.000), y el resto dividido en partes iguales entre el Premio Beca Joven para artistas de hasta 35 años, y el Premio Beca Residente para residentes en el municipio. Además, entregará seis Menciones Honoríficas.

Así, tras cinco intensas horas, el jurado de premiación y selección, conformado por los artistas visuales Jorge Macchi y Virginia Buitrón, y el historiador, crítico de arte y curador Julio Sánchez Baroni, llegó a una decisión conjunta sobre los proyectos ganadores. Una tarea ardua que en todos estos meses puso el foco en las 251 presentaciones (26 fueron de colectivos de artistas), que convocaron a cerca de 300 artistas y llegaron de CABA, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Santa Fe, Misiones, Chaco, La Rioja y Mendoza.
Fernando Sucari (39) reside en CABA y propone un espacio donde el espectador ingrese y tenga la sensación de hallarse en medio de un proceso de montaje, una especie de sala de arte a medio montar o desmontar con signos de embalajes (o desembalajes). Mini escenas y cúmulo de objetos desperdigados en un ambiente donde domina el suspenso y los materiales afines con el universo del embalaje de obras: telgopor, madera, espuma de polietileno y otros. Un proyecto que profundiza en trabajos anteriores y le permite aunar sus dos actividades: la artística y la de montajista en galerías.
“Son ideas con las que vengo trabajando hace un par de años y siempre tengo alguna limitación en cuanto al presupuesto o las posibilidades materiales. Por eso, este premio es muy importante y estimulante para mí. Estoy agradecido, con mucho entusiasmo y ganas de empezar ya.”
FERNANDO SUCARI, artista ganador del Gran Premio.
Julieta Martínez Pollitzer (35) vive en Beccar y se llevó el Premio Residente con una propuesta de desarrollo de un conjunto de pinturas que a través del color y la distorsión de escalas hacen mutar de reales a inventados sus espacios íntimos y cotidianos. Una deformación de su entorno más cercano con la intención poética de transformar esos ámbitos en escenarios de juegos y perspectivas.
“Feliz y súper sorprendida, no lo puedo creer. Justo ayer fui al taller de pintura y pensé que lo que estaba pintando era raro. Estoy medio en crisis y de repente esta noticia que me da la energía para seguir haciendo, pese a las dudas”.
JULIETA MARTÍNEZ POLLITZER, artista de Beccar, ganadora del Premio Residente.
Trinidad Landajo (23) es vecina de CABA y propone una investigación, registro y archivo de material de cámaras de seguridad de distintas partes del mundo en las que sea visible un amanecer o atardecer. Su idea es plasmar el resultado de esta investigación en una videoinstalación con el material capturado de esas filmaciones, muchas veces obtenidas por máquinas autónomas del ser humano y que funcionan las 24 horas del día.
“Imágenes que por su baja resolución, la distorsión de los colores y de los contrastes de luces y sombras les confiere cualidades quasi-pictóricas”, dijo Landajo en su proyecto, en el que ahondará en la procedencia de las imágenes, el límite entre lo que es o no es considerado poético, sensible o espiritual, y en las implicancias de la representación del mundo en relación a la producción no-humana.
“Son tres proyectos muy atrayentes que pueden llevar por interesantes derivas y fugas de elaboración poética, conceptual y material”, dijo Andrés Labaké, coordinador del jurado, responsable de las tutorías, artista visual, investigador y curador.

“Es central la continuidad de este premio que desde el campo oficial apoya y financia proyectos y procesos poéticos en vías de desarrollo. Esta permanencia lo convirtió en un lugar de deseo para los artistas de todo el país y provocó que cada año contemos no solo con más proyectos, sino también con propuestas mejor conceptualizadas”.
ANDRÉS LABAKÉ, coordinador del jurado, responsable de las tutorías, artista visual, investigador y curador.