El megaconcierto, de acceso gratuito, se realizó en la Catedral local y convocó a casi 250 artistas, entre músicos y coreutas.
De pie y aplaudiendo durante varios minutos. Así despidió la gente a la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro (OSJSI), dirigida por el maestro Ramiro Soto Monllor, al Coro de la Catedral de La Plata, al Coro de la Universidad de Lanús, al Vocal Va Pensiero, al Coro Preto de Adrogué y a los cuatro destacados solistas que, en la Catedral de San Isidro, interpretaron una obra emblemática y universal: la Sinfonía Nro. 9 en Re m de Ludwig van Beethoven.
“Estamos muy orgullosos del trabajo de la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro, cuyos integrantes son becados por el municipio, que lleva adelante desde su creación, en 2014, una tarea inmensa como espacio de desarrollo profesional de muchísimos jóvenes artistas y de divulgación de la música clásica dentro y fuera de nuestras comunidades con conciertos de acceso gratuito.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.
Un megaconcierto con casi 250 artistas en escena, teniendo en cuenta los 46 integrantes de la orquesta y los casi 190 coreutas, además de los cuatro solistas de primerísimo nivel, que pertenecen al Teatro Colón: Rocío Giordano (soprano), Laura Domínguez (mezzo), Gabriel García (tenor) y Luciano Straguzzi (bajo). Escuchando, una catedral colmada de un público que siguió los 80 minutos de concierto con profundo respeto y admiración.
“Esta noche es muy importante para nosotros ya que se trata del cierre de un programa que comenzó en la Catedral de La Plata y siguió en la Usina del Arte con muchísimo éxito. Pero, también, por la magnitud de la obra y la enorme cantidad y calidad de artistas que involucra, entre orquesta, coros y solistas. La conjunción de todas esas aristas no es sencilla de conseguir, pero estamos felices por los resultados obtenidos, tras un trabajo conjunto que comenzó a fines del año pasado.”
RAMIRO SOTO MONLLOR, directos de la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro, a cargo de la dirección general y musical de las tres fechas.
Tres conciertos de junio que conmovieron con una obra estrenada en 1824, todo un emblema de la búsqueda de justicia, igualdad y libertad, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2002 y que representa, en palabras de Soto Monllor, una inconmensurable declaración de la belleza de la vida.
Ya en el atrio del templo, en la Avenida del Libertador 16.200, en pleno casco histórico de esta ciudad, se multiplicaron los testimonios por la velada. “Una obra enorme y un concierto increíble. Nos vamos felices”, dijo Daniel Zerpa, venezolano que llegó con un compatriota desde la Ciudad de Buenos Aires, donde vive. “La obra de Beethoven es maravillosa, sobre todo su Novena sinfonía y ese Himno a la alegría que siempre conmueve”, expresó Nora Fornasiero, de San Isidro, coreuta de toda la vida que alguna vez, en su rol de soprano, cantó en esa misma catedral.
“Siempre trato de organizarme para ir a conciertos y me pareció hermoso que venga tanta gente y de distintas edades a escuchar a Beethoven, porque hay muchos prejuicios sobre el repertorio académico y clásico. Beethoven es rock and roll, ni siquiera hace falta agregarle una batería, hay que escucharlo”, instó Maia Sir (26), que toca el arpa y estudia música en un conservatorio, sin poder, ni querer, salir de la emoción.
