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LORENA VEGA DEJÓ SU SELLO EN EL CICLO WORKSHOPS DE LETRAS

La autora y actriz de Imprenteros, suceso teatral y artístico de los últimos tiempos, coordinó un taller dominado por la escritura in situ.

La destacada actriz, dramaturga, docente y directora Lorena Vega se puso al frente ayer en la Casa Museo Alfaro, Ituzaingó 557, en el casco histórico de San Isidro, de la cita de agosto del ciclo Workshops de Letras. Bajo la organización de la Secretaría de Cultura y Ciudad de San Isidro, el encuentro fue de 14 a 17, se tituló Ficción propia y se propuso investigar en el material propio incentivando aspectos lúdicos y poéticos.

La tradicional mesa larga que recorre buena parte del salón se convirtió, a pedido de Vega, en un cuadrado que tuvo a los doce participantes próximos y viéndose las caras. Así, todos se fueron presentando en una especie de bio apretada, pero central para la autora y actriz del biodrama Imprenteros, suceso de la escena teatral argentina de los últimos años.

Taller. Palabra más que ajustada para la propuesta de Vega, que desde el vamos hace aflojar las muñecas apoyadas sobre anotadores (ni una notebook presente), con una serie de ejercicios cortos y efectivos. De un celular se escucha una canción en francés: 3.20 minutos. Lorena da un changüí de 80 segundos y consignas: escribir a partir de alguien que abre o cierra una puerta, que haya una descripción de una acción y otra de algo que se escucha. También, la frase de un tercero.

Historias en cuatro minutos que los autores leen en voz alta. Lorena escucha, por momentos con los ojos cerrados. ¿Qué cigarrillos fuma?, en vez de auto, nombra la marca del auto, ¿sobre qué están hablando?, ¿qué hay detrás de ese horizonte?… La reciente ganadora del Premio María Guerrero (Actuación Protagónica, por Las cautivas), que distingue a lo mejor de la actividad escénica nacional, le da valor al detalle y lo pormenorizado. Sugiere, ofrece derivas para cada relato. 

Otro ejercicio, música sonando. Propone escribir sobre un sueño que nombre un accidente geográfico o un acontecimiento de la naturaleza, y una celebridad. También, algún elemento inspirado en el relato de un compañero. “El sueño tiene la libertad de la arbitrariedad -dice, en clara señal de ponerle alas al ejercicio”.

“Si estamos trabados al escribir, vale hacer pautas, armar sistemas, ejercicios, disparadores que ayuden cuando la relación con la escritura se tensa y nos paraliza”.

LORENA VEGA, actriz y dramaturga a cargo del Workshop de Letras de agosto.

Pese a la exigencia de escribir in situ y en pocos minutos, el taller transita por carriles relajados, por momentos lúdicos y de sonrisas amplias. Una joven lee en voz alta su relato inspirado en una foto y bajo consignas. “No tienen que describir las sensaciones que les produce la foto, sino lo que se ve. La acción, la textura de la foto, la hipótesis de quién la saco, si ese dato no está, la época, el formato, quién podría estar fuera de campo. Todo sirve –dice Lorena- para producir información, preguntas, sentido y material de escritura”.

Es la foto de la tapa de un libro de la escritora Olga Orozco. Una descripción rítmica. Todo combina obsesivamente: colores, poses, paisaje, pero algo pasa cuando el relato se detiene en los ojos de la autora pampeana. “Ahí se abre un juego de tensión, indaga por ese lado y seguí escribiendo”, invita Vega.

En definitiva, se supone que a eso fueron. A buscar algunas luces en el camino. “Espectacular tenerla a Lorena Vega en el barrio, siempre invita a crear. Me llevo muchas herramientas para seguir trabajando la escritura, que en mi caso andaba media dormida”, se sincera Marian Watson. “Acotado, daría para tres meses, pero súper interesante”, dice Gustavo Carnero, de Beccar y director documentalista que ahora también desea trabajar a partir de la ficción. 

“Son ejercicios que provienen de la dramaturgia, pero que, en verdad, son un mix entre la escritura de literatura y la de escena. No hay un sistema o una tradición, sino una especie de experimento que es el resultado de lo que desde hace muchos años venimos trabajando con mi asistente Pablo Cusenza, actor y director de teatro”, cuenta Vega finalizada la actividad.

“Que lo autobiográfico sea ese lugar para bucear, investigar e inspirarse. Todas las vidas son interesantes, pero lo son mucho más cuando las abordamos con determinadas herramientas, buscando de qué manera narrar. Y también escuchando la singularidad de la persona que está narrando… ¿Qué me parecieron los relatos? Un grupo con un vínculo fuerte con la escritura, activo, interesado y dinámico. En muy poco tiempo surgieron relatos hermosos que ojalá culminen en algún trabajo más bello aún”.

LORENA VEGA.
+ El ciclo, bajo la coordinación de la escritora Camila Fabbri, tiene un costo de $2500 por encuentro. Próximo encuentro: Andrés Di Tella, “Los Cuadernos”.
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