LA FIESTA SE REALIZÓ AYER EN LA PLAZA 9 de julio DE MARTÍNEZ Y FUE ANIMADA POR LOS PROPIOS VECINOS.
Ayer, en la Plaza 9 de Julio, Martínez celebró su 41° aniversario con su tradicional PIC NIC que reunió baile y música en vivo, arte desplegado en talleres, cosas ricas para comer y mucho más. Una fiesta organizada por la Secretaría de Cultura y Ciudad de San Isidro que se extendió de 13 a 20 y recibió a muchísimas familias con ganas de pasarla bien, en comunidad y siendo protagonistas.

“Con la caída del sol se viene acercando más gente, los talleres con los chicos están fantásticos, los vecinos y las entidades intermedias participando, y esta plaza de 111 años, que reinauguramos hace 11 años, que es el corazón de una ciudad que es ejemplo de todo lo bueno que puede ofrecer una ciudad”.
GUSTAVO POSSE, intendente de San Isidro, durante su recorrida por el paseo de Monseñor Larumbe y Necochea.
A su lado, Eleonora Jaureguiberry, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro, expresó que ésta fue la primera de las fiestas de las localidades que organizó su gestión y que fue tomada como modelo para el resto.
“Comemos lo que nos ofrecen los restaurantes de Martínez, hacemos los talleres de las Casas de Cultura de Martínez y de las organizaciones de esta ciudad, y al escenario suben artistas de Martínez. Una fiesta en la que Martínez se celebra así misma”.
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.
“Venimos todos los años, pintamos, hicimos el taller de joyería textil y ahora vamos por los adornos navideños con aerógrafo”, dijo María José Filgueira, que vive a cuatro cuadras de la plaza y andaba de acá para allá con Sofía. “Me encantó la joyería”, contó su sobrina de 12 años, con ganas de seguir recorriendo Córdoba, donde los talleres, desplegados en largas mesas, ganaron esa calle.
Bajo la conducción del periodista Augusto Telias, la programación fue para todas las edades, gratuita y sin pausa. En el escenario arrancó la artista local Marcela Aibé con un concierto lírico-rock de guitarra, bajo, teclados y batería, y siguió el espectáculo infantil de Copla Colores con música argentina y de América latina. Además, en el anfiteatro, un clásico: el Ajedrez viviente con peones, alfiles, torres, reina y rey en un tablero de gran porte animado por alumnos de la Escuela Municipal de Ajedrez.
“La propuesta es fantasear, jugar y crear animales que solo existen en nuestra imaginación”, comentó al frente de su taller la artista Leti Prone, donde chicos y chicas pintaban originales máscaras de cartón que luego se secaban al sol, mientras El chévere Wilson Díaz, cubano y profesor de nuestras Casas de Cultura, hacía mover caderas y enseñaba los secretos de la salsa y la bachata.
“Me la llevo a un rincón especial de mi casa”, sostuvo la vecina de Martínez Gabriela Di Martino sin soltar la flor perfumada que acababa de terminar en uno de los talleres, no muy lejos de las propuestas del Rincón de Arte y de los talleres de la Fundación Iluminando desde El Faro.
La gastronomía tuvo presencia con los sabores de los restaurantes del barrio, el Centro de Estudios Históricos Martinense se instaló en su puesto para dar a conocer el pasado de la ciudad, y el Club de Leones de Martínez también dijo presente.
La Gringa, local y con canciones folclóricas bajo tonos de rock y pop, comenzó a cerrar una fiesta que bajó su telón con Martínez Junkies, con dos discos de estudio y tres EP editados en Alemania y México.
“Rock salvaje y entretenido que le va a gustar a la nena del triciclo y a los abuelos”, adelantó Juan Manuel Marcos, de Martínez y uno de los líderes de esta banda nacida durante la pandemia que hizo muchos temas propios, algo de Ramones y varios de Los Violadores, como Sin ataduras, que agitaron el anfiteatro.

“El cierre con rock fue genial. Comimos rico, el ambiente nos gustó mucho, muy agradable, y la plaza está lindísima -dijo María Julia Valverdi-. Con mi marido venimos de La Plata y nos pareció increíble la limpieza, ni una colilla en el suelo. Impecable”.