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ALBOROTO EN BOULOGNE REUNIÓ A 12.000 VECINOS

UNA GRAN FIESTA COMUNITARIA EN EL ESPACIO PÚBLICO EN LA QUE HUBO talleres artísticos, kermesse, gastronomía con fines solidarios y un cierre a pura cumbia con Gi Corazón Valiente. 

Los 59 años de la ciudad de Boulogne convocaron ayer por la tarde a unos 12.000 vecinos dispuestos a celebrar a su ciudad siendo protagonistas, una vez más, de Alboroto en Boulogne. Una fiesta con acceso gratuito que vistió a la Avenida Bernardo de Irigoyen, entre Cazón y Rivadavia, de colores, música en vivo, talleres, una kermesse que no paró y un cierre a pura cumbia y baile con Gi Corazón Valiente, tributo a Gilda.  

“Con mi padre, Melchor Posse, llevamos adelante una gran tarea para igualar a todas las localidades, sin importar de qué lado de la Panamericana estaban, y Boulogne es un claro ejemplo de esa integración. Hoy estamos felices de hacer esta fiesta en el Bajo Boulogne y ver la enorme cantidad de familias que la están disfrutando.”

GUSTAVO POSSE, intendente de San Isidro, tras recorrer el encuentro de punta a punta.

“Así celebramos los aniversarios de nuestras localidades, con muchísimos vecinos en el espacio público, reforzando la fuerte identidad y el sentido de pertenencia de cada lugar, y detectando y dándole visibilidad a los talentos locales. Es decir, siendo cada vez más comunidad.”

ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.

Fiesta corrida desde las 12 y hasta las 17, con mucho para hacer y disfrutar en más de 300 metros sin pausa. “Sobre la mesa no hay un solo celular, esa es la mejor señal”, resumió la artista Manuela Grandal en su taller, donde avanzaban carteras y estuches en pañolenci y con formas de animales.

“Acá, ayudando a mi nieta y pasando una tarde hermosa”, contó Blanca Ledesma sosteniendo el stencil que le sirvió a Selena (8) para decorar su pintura con la palabra Sueña. “Traje todas palabras positivas para pintar en los cuadritos de fibrofácil que luego se llevan a sus casas”, dijo Lorena Sánchez, a cargo del taller y docente de las Casas de Cultura de Boulogne y de Martínez.

Mesas largas repletas de materiales, como la del artista Matías Ostili, de la que se salía con robots transformables realizados con encastres de cartón o como la de Judit Gorge con sus muffins alborotados. “Traje mis telas para imprimir, dos servirán para almohadones y la otra para un buzo de mi hija”, expresó Mirta Colantuoni en Posta de posters, donde la docente Meri Facio estampaba frases de cantantes y enseñaba la técnica de la serigrafía.

“Es mi primera vez en el Alboroto y me encantó, pasamos por varios talleres y la kermesse, donde nos ganamos unos caramelos, pero vamos por más premios”, dijo Antonella Neivert, mientras a su hijo Axel (7), frente al espejo del maquillaje artístico, le hacían unas divertidas pinturas en la cara.

Desde el mediodía, la música sonó en el escenario, que estuvo bajo la animación del periodista Augusto Telias. Primero, Luis Beccia y sus temas populares; luego, una versión reducida (13 cuerdas) de la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro, cuyos 45 integrantes son becados por el municipio.

“Venir a esta fiesta popular siempre es una alegría”, contó Ramiro Soto Monllor, director de la orquesta, que ofreció canciones de películas, el tango Por una cabeza y Pequeña serenata nocturna de Mozart. “Es un festival hermoso, porque nos permite hacer música, que es un derecho de todos”, resumió Camila Mansilla Pais, de 22 años y contrabajista de la orquesta.

La gastronomía, en diez puestos comandados por entidades de bien público del barrio, tuvo fines solidarios. De lo dulce a lo salado, y mucho más. “Esto nos sirvió para juntar fondos para asistir a la gente que este año irá a la peregrinación a Luján. Hicimos chorizos a la pomarola, empanadas y pizzas, y se vendió todo. ¡Un éxito!”, dijo Gladys Villavicencio, de Servidores de María.

Los locales Lihué & su maldito combo dejaron la pista más que caliente al compás de la cumbia colombiana y a la espera de un cierre con más cumbia, pero argentina, y de la mano de Gi Corazón Valiente. “Llegar a esta fiesta tan linda nos pone muy felices. Va a explotar de hitazos”, dijo Gisela Ressia antes de salir a escena con su banda, que hizo shows en Ciudad Cultural Konex, Buenos Aires Cumbia (Obras), en varias ciudades argentinas y en Uruguay.

Cierre a todo baile con los vecinos entremezclados con los divertidos clowns de Espacio Aguirre, Teatro y Escuela de Clown, dirigida por el destacado Marcelo Katz, y al compás de No me arrepiento de este amor, No es mi despedida, Fuiste, Corazón valiente y Se me ha perdido un corazón, entre otros temas.

“Somos fans de Gilda y no paramos de bailar. Nos gustó mucho la organización, todo muy tranquilo. Vine con mi hija y acá nos encontramos con muchos de sus compañeritos del colegio”, contó aún agitada Micaela Rodríguez, cuando la música ya se había apagado, al pie del escenario y de un barrio que supo celebrarse con entusiasmo.

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