un libro exquisito DE CARLOS VERTANESSIAN, para adentrarse en los orígenes de la fotografía en el Río de la Plata. EL 11 DE MAYO, EN EL MUSEO BECCAR VARELA.
El coleccionista e historiador Carlos Vertanessian presentará el jueves 11 de mayo, a las 19, su nuevo libro Retratos del Plata. Historias del daguerrotipo 1839-1859, resultado de 35 años de coleccionismo fotográfico e investigaciones, en diálogo con Eleonora Jaureguiberry, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro. El encuentro se hará en el Museo Beccar Varela – Quinta Los Ombúes, Adrián Beccar Varela 774, casco histórico de esta ciudad, con acceso gratuito.
“Para nosotros es un placer ser la sede de la presentación de este libro tan valioso y poder dialogar con su autor, uno de los más prestigiosos estudiosos y coleccionistas del daguerrotipo de la Argentina.”
ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro, bajo cuya responsabilidad se encuentra el importantísimo archivo fotográfico de este museo, con cerca de 3000 imágenes antiguas de San Isidro, digitalizadas y producto en gran parte del aporte invalorable de los vecinos.
Editado por Fundación CEPPA, Retratos del Plata aborda en sus 351 páginas y diez capítulos diversos ensayos que van desde el inicio de la fotografía en el Río de la Plata a Florencio Varela, considerado por el autor como el iniciador de la fotografía argentina, aunque –aclara- nunca hizo retratos en nuestro país, pasando por John Bennet y John Elliot, la época de Juan Manuel de Rosas y en cómo los federales posaron frente a la cámara (el libro aporta un daguerrotipo de Rosas que, si bien es una reproducción, tiene el valor de ser una pieza desconocida hasta el momento), y Antonio Pozzo, el fotógrafo que acompañó la Campaña al Desierto y estaba muy poco estudiado como daguerrotipista.
“Nada más poderoso para un coleccionista que la singularidad y esta técnica produjo piezas únicas, sin posibilidad de copias ni intermediarios. La placa de cobre recubierta en plata donde se impregna la imagen parece un espejo donde uno se ve reflejado, produce una conexión directa con el pasado y su calidad es comparable con las mejores imágenes digitales actuales. Un daguerrotipo de placa entera, de 16 x 21, equivale a 250.000 fotos de Instagram. De ningún modo –dijo Vertanessian-, se puede hablar de una imagen primitiva”.
El libro, con el apoyo del programa Participación Cultural-Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires, tiene dos capítulos significativos, uno dedicado a Sarmiento y otro a San Martín. En el primero, atribuye autores a algunos de sus retratos que permanecían anónimos y da luz a algunos textos inéditos del expresidente de la Nación vinculados con la fotografía, que alguna vez dijo que “a partir de la fotografía, ya nadie muere del todo”). En el caso de San Martín, reflexiona sobre el desafío que nos ha dejado su legado iconográfico respecto de ubicar o entender qué ocurrió con su segundo retrato daguerreano, aún perdido, entre muchos otros aspectos.
Retratos del Plata también aborda la idea de la tecnología de la memoria, en cómo la fotografía interactúa con el arte, y el inicio del declive de la etapa daguerreana, que, a su entender, se da en 1859. Una técnica que en el Río de la Plata solo estuvo al alcance de las clases acomodadas.
“Cuando salió el daguerrotipo se hablaba de Rembrandt perfeccionado por la calidad de la imagen, se la consideraba como la presencia viva del retratado. En promedio y por su alto costo, esas clases acomodadas se pudieron hacer un único retrato daguerreano en toda su vida. Por todo eso, la carga emotiva de esas fotos eran inmensas”.
CARLOS VERTANESSIAN, coleccionista e historiador.
Para Vertanessian, la presentación del libro en la Quinta Los Ombúes tiene una importancia central. Por Florencio Varela y Mariquita Sánchez de Thompson, ambos de estrecha relación con la casa y privilegiados que vieron la llegada de la fotografía a Montevideo, donde estaban exiliados con un puñado de argentinos; y por el valioso archivo fotográfico que conserva este museo.
“Ojalá muchas localidades tuvieran un patrimonio de imágenes como tiene ese museo, un repositorio de la memoria visual de enorme valía. La fotografía actual no es fotografía, es creación de imágenes digitales, descontextualizadas y efímeras. Todo lo que tenemos en medios electrónicos, dentro de 50 años no sabremos dónde estará. Sin embargo, los daguerrotipos y las fotografías sobre papel, sobre soportes reales que ocupan un espacio en nuestras vidas, perduran y perdurarán. Ese archivo se nutrirá seguramente de otras formas fotográficas, pero siempre seguirá como ancla y registro visual de los orígenes de San Isidro”, concluyó el coleccionista.
