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ABUELOS DE CUENTO EN SAN ISIDRO CERRÓ SU CICLO 2023 CON UNA FERIA DE MARAVILLAS

Fue en la Plaza 9 de Julio, Martínez, para toda la familia, con acceso gratuito y con más de cincuenta abuelos y abuelas en acción.

Libros abiertos de par en par y por abrir, relatos, lecturas, juegos, duendes, monstruos y hadas, mundos lejanos, y no tanto. Todo eso confluyó ayer de 10 a 13 en la Plaza 9 de Julio, Martínez, donde el programa municipal Abuelos de Cuento en San Isidro cerró su agenda 2023 con Feria de maravillas ¿Bosque, estás?, cita que tuvo como eje el género maravilloso, tema abordado este año por este grupo de abuelos y abuelas que, ad honorem, despierta el hábito de la lectura infantil y juvenil en niños, niñas y adolescentes. 

“Un cierre de temporada con abuelos y abuelas con libros abiertos y en el rol que más disfrutan: narrando y leyendo a niños, niñas y adolescentes. Una tarea para la que se capacitan y realizan ad honorem desde hace 16 años y todo el año en escuelas, jardines de infantes y espacios públicos del municipio con la maravillosa e inconmensurable meta de que las nuevas generaciones se interesen y abracen la literatura para el resto de sus vidas.”

ELEONORA JAUREGUIBERRY, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.

Vestidos para la ocasión, de ropas coloridas, algunos con máscaras o capas, otros de negro riguroso y a tono con esos mundos monstruosos, más de 50 abuelos y abuelas, de los 120 que tiene el programa, se pusieron ayer en acción, siempre más que amigables y dispuestos para despertar ilusiones, intrigas, sonrisas, algún miedito y todo eso que emana de esas historias que, en definitiva, siempre iluminan.

“Soy novata, empecé este año yendo a las escuelas acompañada y supervisada por abuelas más experimentadas. Me encanta leer cuentos a los niños, pero más me gusta narrar, porque una mira a los ojos”, dice Diana Logan, que andaba de aquí para allá con un gran tubo susurrando al oído de quien quisiera fragmentos de cuentos infantiles.

Un paseo circular, donde la consigna fue el hacer y jugar en stands llenos de libros y propuestas, del Bingo de Pinocho en el puesto de Carlo Collodi (Las aventuras de Pinocho), al de Hans Christian Andersen (La sirenita), el de los hermanos Grimm (La cenicienta, Blancanieves), el de Charles Perrault (Pulgarcito y Caperucita roja) o el llamado Las maravillosas, con las caras, bios y audiolibros de Marie Leprince de Beaumont (La bella y la bestia) y de nuestra cordobesa María Teresa Andreuto, entre otras.

Dibujos y frases hechas y colgadas por la visita, como la que decía Nada más lindo que cuentos y abuelas en mi barrio, varitas mágicas con frases de cuentos célebres, juegos como el de los cartones con palabras para adivinar a qué cuento pertenecen (Casita, Bosque, Lobo; fácil); Búsqueda del Tesoro, Picnic de Lecturas, Sombrillas Poéticas, Duenderas del Bosque repartiendo regalitos, Suelta de Libros con libros para dejar y llevarse, y también el stand sobre brujas, momias y monstruos con abuelas de negro, títulos como Basta de brujas y otros cuentos, Sonrisas de vampiros y Sobre brujas no hay nada escrito, y almohadones donde se acomodaron lectores de todas las edades. 

“Me encanta, al aire libre, y poder conocer todo lo mucho que hacen los abuelos”, dice Marina Mantoan apenas termina de leerle a su sobrino El gusanito de la manzana, de los tantos libros que estaban ahí para ser leídos.

La Carretilla de los Andarines llena de libros circuló por el paseo, hubo juegos con palabras infrecuentes para que los más chicos, y no tanto, descubran su significado, como tentempié y botica, y un stand institucional llamado Javier Villafañe, nuestro gran titiritero, donde se contó qué hace el programa.

“Este año trabajamos el género maravilloso y cómo los niños y niñas pueden leer y recibir hoy estas historias y cuentos tradicionales. Un 2023 en el que las abuelas trabajaron muchísimo llegando con sus cuentos y relatos a más de cuarenta escuelas, jardines de infantes y centros de apoyo escolar.”

PATRICIA ÁLVAREZ, coordinadora del Programa Abuelos de Cuento en San Isidro junto con Graciela Rodríguez y Andrea Leonson.

“Una de las abuelas me transmitió su pasión por la literatura y ahora hago lo mismo con mi hijo. Es fundamental que los niños se acerquen a la literatura, y ver a las abuelas tan amables y con el amor increíble con el que se acercan a ellos es súper reconfortante”, dice Luz Alonso, docente de nivel inicial, vecina del barrio, con varias varitas mágicas de premio a cuestas y a poco del cierre.

Un cierre con abuelas sobre el escenario narrando cuentos, con premios para algunas cartas dirigidas a personajes históricos, como la de Santi, que le pidió al estimado Lobo que “intente, al menos, ser un poco mejor”, y con música en vivo de un cuarteto juvenil que desató un baile de manos juntas, sonrisas anchas y sueños por venir.

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